miércoles, 27 de octubre de 2010

Madre, madre, tú me besas...

Madre, madre, tú me besas,
pero yo te beso más,
y el enjambre de mis besos
no te deja ni mirar...

Si la abeja se entra al lirio,
no se siente su aletear.
Cuando escondes a tu hijita
ni se le oye respirar...

Yo te miro, yo te miro
sin cansarme de mirar,
y qué linda niña veo
a tus ojos asomar...

El estanque copia todo
lo que tú mirando estás;
pero tú en las niños tienes
a tu hijita y nada más.

Los ojitos que me diste
me los tengo que gastar
en seguirte por los valles,
por el cielo y por el mar...


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