¡El hombre huracán!
El mundo soltero de mi adorado marido ha sido un poquitín DESORDENADO, y al estar casados aún no ha modificado ciertas “cositas”. Por ejemplo, convertirse en “el hombre huracán” ya que a cada lugar que va lo desordena todo y no sólo hablo de dejar su ropa en diferentes habitaciones del piso, sino que cuando entra a la cocina para prepararse algún aperitivo, revuelve por entero TODOS los utensilios!
Pero ESO no es todo, hay más, mucho más…
“Él, yo... y el otro”
Muchas veces me ha apartado del lado de mi marido, me ha dejado sin su tiempo, su cariño y algunas veces se ha quedado con él hasta altas horas de la madrugada. Él me ha dicho que trata de alejarlo de nosotros pero muchas veces su relación es más fuerte porque dependemos de él. ÉL es el ordenador, así es, su trabajo es un poco "sin horarios" y nos ha quitado tiempo valioso para estar juntos, y no es una lucha constante, sino es una situación que me hace ceder.
¿Pero sabéis qué? A pesar de que el tiempo muchas veces es realmente villano para nosotros, el estrés del trabajo y su modo de ser desordenado y algo caótico con las cosas de la cocina, no puedo dejar de sentir que estos 6 meses de casados han sido sencillamente geniales, valiosos.
Como cuando se preocupa por mí cuando he estado enferma. Si yo digo: “¡ay!” algo más fuerte de lo normal, él es capaz de traerme una ambulancia. Me sorprende con comidas deliciosas (a pesar de que luego me encargue de lavar los platos), o simplemente encontrar sus piernas bajo las sabanas, rozar nuestros pies, que me acaricie el pelo, me abrace fuerte y me diga “Te quiero, buenas noches”, son esos momentos, esos pequeños instantes de felicidad pura e inmensurable.
Estamos conociéndonos todavía, está teniendo cierto cuidado en algunas cosas, por ejemplo, cuando sabe que se ha dado la vuelta para enrollarse entre las sabanas, trata de ver si yo estoy tapada también y cada vez más se está organizando mejor para no trabajar en el portátil hasta altas horas de la noche, y todo esto lo hace por amor y por hacerme sonreír.
El balance que hago finalmente a los seis meses de casada ha tenido como conclusión que es una experiencia única, que cada pareja es un mundo aparte del resto, que tienen su propia complicidad, sus detalles, sus días amargos y otros llenos de emoción, pero a pesar de los contratiempos y sobresaltos, el pasar de los días con la pareja que has escogido como compañer@ de vida es simplemente indescriptible.
Hay que vivirlo para saber qué sabor tiene el estar casada (o compartir tu vida con alguien de alguna manera) y sé que el tiempo pasará y con él se llevará muchas cosas pero vendrán otras nuevas, como en nuestro caso es Carolina, nuestra PRINCESA, además de crear algunas más y todas ellas con una misma intención, mantener vivo el sentimiento, la emoción, el respeto y el amor.
Pero cuál será mi balance cuando cumplamos un año de casados, ¿saldrá el “hombre huracán” de nuestras vidas? ¿Habrán otros más dentro de él?
En seis meses más lo sabremos. Por ahora, sigo disfrutando de mi medio año de casada.
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