miércoles, 25 de marzo de 2009

Oposiciones: una alternativa profesional?

No os voy a contar más lo mal que está el panorama laboral. Para los que están en el paro, encontrar empleo es bastante difícil. Esto, les lleva a plantearse prepararse unas oposiciones.

Puede ser una salida más que podemos tener. Eso sí, antes de ponernos a estudiar unas oposiciones, tenemos que estar muy concienciados porque requiere bastante mas que decir oposito.

En primer lugar, debéis analizar a qué tipo de oposiciones os queréis presentar y luego ver si podéis presentaros a las mismas en función de los requisitos académicos que pidan y que debéis acreditar al presentar vuestra solicitud.

Las diferentes plazas van asociadas aun grupo que van desde las plazas del grupo: A las de mayor dificultad y titulación académica y luego están las del grupo E las de menor grado de dificultad y para las que no es precisa cualificación alguna. Normalmente las vacantes de los grupos más bajos suelen ser las de mayor afluencia de candidatos porque también se presentan a estas candidatos altamente cualificados que quieren sacar una plaza fija de funcionario de por vida para vivir y luego ir ascendiendo por promoción interna o quedarse ya en esa plaza porque no tienen más aspiraciones ni ganas de estudiar.

Luego también debéis tener claro si os queréis presentar a las que tenéis a nivel nacional, autonómicas y locales, siendo requerido, claramente, un esencial nivel de movilidad geografía. Es decir, si os presentáis a unas oposiciones estatales os puede tocar en cualquier rincón de España que dependerá, en caso de aprobarlas, que calificación (número) saquéis: a mejor número mayores opciones de elegir el destino. Si hay 1300 plazas de auxiliar administrativo del estado y vosotros aprobáis y quedáis el 1200 os van a quedar menos destinos para elegir que si tuvierais un número menor.

Recomendación importante: una vez decidida qué oposiciones os queréis preparar, debéis informaros detenidamente de los requisitos, plazos, temarios, tipos de examen o pruebas, etc. de cara a estar perfectamente informados para evitaros malentendidos evitables por fiaros de terceros y no buscar la información veraz por vosotros mismos. Por ello, es importante saber si la plaza a la que os presentáis es una plaza fija o es una interinidad; con esta última no sacáis la plaza sino el derecho a ocuparla hasta que se saque a libre concurso cuando la administración o institución pertinente así lo estime. No olvidéis que no tienen porque tener en cuenta que hayáis ya ocupado la plaza con una interinidad.

Es aconsejable saber distinguir entre una oposición y un concurso oposición: en la primera sólo se tienen en cuenta los resultados de las diferentes pruebas o exámenes que siempre son eliminatorios llegando al último sólo los que pasaron todos los demás. En el concurso oposición se tienen en cuenta los exámenes pero también unos méritos (que tienen una puntuación mínima y máxima). Normalmente estos méritos son: cursos, experiencia profesional en esas funciones, titulación académica, etc.

A la puntación que se obtiene, se media con la que se saque en las pruebas y eso dará la nota final, que determinará quiénes son las personas que consiguen la plaza. Aquí parten con ventajas las personas que acumulan bastantes méritos y que parten con la máxima puntuación posible en la parte de concurso en comparación con los que no tienen ninguna puntuación en esta área.

Una vez hechas estas puntualizaciones, bajo mi punto de vista, necesarias, paso a detallar lo que supone opositar porque esto es una carrera de fondo en la que hay que irse dosificando.

Uno, cuando decide ponerse a opositar, tiene que estar muy concienciado. Se sabe cuando se comienza a preparar las mismas pero no cuando se va a sacar la plaza. Porque una cosa es que el plazo medio o mínimo de preparación para aprobar esa oposición, que puede ir desde un año mínimo y hasta 4 años o más en función también de la dificultad de cada plaza. Y otra cosa es lo que le cueste a cada persona. El factor suerte también influye.

Lo que quiero decir con todo esto es que hay que ser constante y estar concienciado, teniendo claros los objetivos sin desviarnos ni un ápice del mismo porque esto sólo puede hacer alargar innecesariamente la preparación.

La gran mayoría de las oposiciones requieren dedicación absoluta, es decir, dedicarse a jornada completa a estudiar para sacar una plaza. Cuanto más tiempo se invierta, más probabilidades se tendrá de estar mejor preparados para pasar el examen. No es cuestión de estudiar un día ocho horas y luego estar otros tres días sin estudiar. Hay que llevar un ritmo de estudio constante y establecer un plan de descanso realista y asequible que debéis cumplir a raja tabla.

Así que debéis de estar convencidos vosotros mismos y nadie más.

Hay determinadas oposiciones de grupos inferiores que sí que se pueden compatibilizar con trabajos a media jornada, siempre y cuando, os organicéis adecuadamente. Esto también va a depender de la capacidad y ganas de cada persona, es decir, lo que a uno le valga no tiene por qué ser válido para otros.

Una ayuda externa, sobre todo, a personas que tienen que compatibilizar el trabajo con el estudio siempre es interesante. Una academia o preparador les marcan unos ritmos y plazos que ayudan bastante.

Habrá que establecer un hábito de estudio adecuado para el tipo de pruebas que vais a tener porque no es cuestión sólo de estudiar mucho sino de hacerlo de la forma adecuada de cara a obtener los resultados esperados.

Mi consejo es que si acabáis de terminar vuestros estudios y lleváis idea de opositar, lo hagáis ya porque aun tenéis fresco el método de estudio y estáis acostumbrados a ello. Porque si dejáis pasar un plazo medio o largo de tiempo, cuesta volver a coger el hábito y ritmo. Sin embargo, está claro que no hay nada imposible es cuestión de quererlo hacer.

También es necesario tener claras las prioridades personales, porque el opositar va a suponer tener que sacrificar muchas cosas, no porque no os apetezca hacerlas sino porque vuestra prioridad principal es aprobar las oposiciones. El colegio terminó y ya no vale con aprobar justito; será necesario sacar una muy buena nota para conseguir plaza. Como ya he dicho antes, se establecen notas de corte fijadas por el número de plazas que haya y serán aquellos candidatos que saquen la nota necesaria los que obtengan la plaza.

Se puede aprobar el examen, con un 6 de nota final y quedarse sin plaza si había 20 plazas y hubo 20 personas que sacaron más nota que tú. Esto hay que tenerlo claro.

Sacrificar 15 días de vacaciones en la playa, quedar todas las tardes con vuestros amigos, novios, etc. Será duro, pero habrá que hacerlo si queremos ser exitosos en este proceso.

Supone limitar vuestra vida prácticamente a estudiar y adaptar también a vuestro entorno. No es que sea imposible pero hay que estar concienciados para evitar perder el tiempo.

Además, habrá que ser mentalmente fuertes porque muy poca gente aprueba la primera vez que se presenta y siempre es un mazazo no pasar; supone comenzar de cero de nuevo hasta que vayan a convocar nuevamente esas plazas que suelen pasar uno o dos años. Y hay que estar mentalizado de ello y marcarse unos límites de tiempo razonable porque llega un momento que la paciencia de uno tiene un aguante.

Por otro lado, debéis estudiar inteligentemente y, para ello, debéis conocer que tipo de pruebas vais a tener a lo largo de la oposición. No es lo mismo tener pruebas de conocimiento tipo test, que preguntas cortas, preguntas de desarrollar un tema, porque la forma de estudiar debe de cambiar. Por ejemplo, en las pruebas tipo test es fundamental aprenderse cosas concretas, es decir, fechas, nombres, características, diferencias. Son exámenes donde se va a pillar a los candidatos y hay que estar muy seguro. No hay que olvidar que en este tipo de pruebas los fallos penalizan, por lo que recomiendo sólo contestar a las que se esté muy seguro, arriesgando sólo lo necesario.

En las pruebas con preguntas de desarrollo hay que saber todo de forma esquematizada y clara porque buscan que se les de toda la información. La forma de estudiar debe cambiar. Incluso, a la corrección, se le pide al candidato leer ante el tribunal lo que pusisteis, con tiempo limitado y debéis estar preparados y ser bastantes espabilados.

También se dan pruebas prácticas de ordenador, de casos prácticos de la materia o de idiomas para las cuales también debéis prepararos porque normalmente, una vez comenzada la oposición, suele haber poca distancia en el tiempo entre una prueba y otra y como ocurre en la primera, también requiere preparación previa.

Si tras sopesar todo decidís opositar, mucho animo y pensad que debéis de ir paso a paso hasta marcaros un ritmo. Si sois de la teoría de daros la panzada los últimos días antes del examen, debéis replantearos vuestra candidatura, porque esto no vale para las oposiciones. Así que debéis reflexionar opositar porque no todo el mundo vale para ello no por ellos sino por sus hábitos.

2 comentarios:

  1. Interesante aporte. Opositar en busca de un empleo público considero que es la manera más eficaz de encontrar solución al desempleo y a la crisis económica reinante. Por este motivo es conveniente estudiar y presentarse a rendir con el objetivo de obtener un trabajo con numerosos beneficios económicos y sociales.

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  2. Ya lo creo... qué suerte los que son funcionarios, no lo saben bien...

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